Compañía celestial

La historia de la Virgen de Luján en Malvinas que acompañó a los soldados argentinos en 1982

Fue creada en Mar del Plata y acompañó a los combatientes en las islas , pero tras el conflicto bélico quedó en manos de los ingleses. Fue recuperada hace cinco años.

Durante la guerra de Malvinas, el padre Vicente, de 42 años, se encargó de llevar adelante misas para pequeños grupos de soldados en medio de los bombardeos. Esos encuentros eran presididos por la imagen de la Virgen de Luján apoyada en altares improvisados. En esas circunstancias, la fe y la religión eran una contención para esos combatientes que anhelaban sobrevivir.

Esa imagen de la Virgen fue hecha en Mar del Plata y una familia la donó a la Fuerza Aérea al estallar el conflicto. El capellán del arma, Roque Puyelli la subió a un C-130 y el 9 de abril aterrizó en las islas, según repasó Adrián Pignatelli para Infobae.

El milagro con el soldado Palacios

A principios de mayo de 1982 el soldado Jorge Eduardo Palacios con su compañero Raúl Ortiz hicieron guardia durante la madrugada. De repente, una onda expansiva provocada por el estallido de dos bombas arrojadas por aviones ingleses Vulcan hizo que Palacios cayese dentro del pozo de zorro donde su compañero dormía. Sobre ellos cayeron dos metros de tierra, piedras y escombros y quedaron sepultados vivos.

Palacios gritaba, intentaba moverse, pero parecía que su destino sería morir allí, hasta que de repente aparecieron las manos de sus compañeros que los desenterraron. Por ese milagro el coronel Seineldín pidió el 8 de mayo traer la imagen de la virgen y hacer una procesión en los alrededores del aeropuerto.

El 14 de junio, cuando finalizó la guerra, la Virgen partió con las fuerzas británicas. Terminó en la catedral castrense en Aldershot y se la señalaba como una estatua que los argentinos habían llevado a las islas.

En 2008 Vicente Martínez Torrens, el único capellán sobreviviente de la guerra de los 14 que fueron, le dio a Palacios una foto de la procesión en la que se veía con una dedicatoria en la que le advertía que tenía una misión, pero que él debería descubrirla.

Finalmente, en 2018 Palacios fue contactado por La Fe del Centurión, una asociación civil integrada por laicos que asisten a ex combatientes de nuestro país y a las familias de los fallecidos. Con ellos comenzaron las gestiones de repatriación de la imagen.

Palacios se enteró de que la imagen que él había llevado en procesión estaba en poder de los ingleses, y que se estaba programando un intercambio en El Vaticano y que los británicos accedían a devolverla, pero que debía participar alguien que hubiera estado en la procesión durante la guerra. Ahí supo que esa era la misión.

En 2019 el Papa Francisco le devolvió la imagen de la virgen a Argentina y desde entonces recorre el país.

Desde 1989, Palacios vive en su Comodoro Rivadavia natal. Ortiz, con quien se reencontró 27 años después, vive en Trelew y nunca quiso hablar de la guerra. Palacios pide que "la gente entienda que la mochila que cargamos en la espalda es difícil de llevar" y la virgen los acompañó en ese doloroso recuerdo.

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