Tierra del Fuego

Falleció el primer soldado argentino en pisar las Malvinas en 1982

Tenía 69 años y vivía en Ushuaia. Fue comando anfibio de la Marina e inició la recuperación de las islas a bordo de un pequeño kayak.

Falleció Carlos Eduardo Cequeira, primer argentino en poner un pie en las Islas Malvinas en abril de 1982. Murió el sábado 19 de octubre en Ushuaia, capital de Tierra del Fuego, a los 69 años, tras una larga enfermedad.

"El Negro", como lo llamaban sus allegados, fue uno de los comandos anfibios que participaron en el histórico operativo Rosario. En ese momento él era Cabo Principal y fue el primer soldado argentino en desembarcar durante la noche del 1° de abril, junto al Teniente de Corbeta Bernardo Schweizer, a bordo de un kayak desarmable que hoy es un símbolo histórico.

Su misión era asegurar la playa antes del desembarco del resto de los hombres. Cequeira y Schweizer integraban la Agrupación de Comandos Anfibios y llegaron en botes motorizados entre 94 hombres del grupo "Cachiyuyo". Se habían embarcado tres días antes en Puerto Belgrano, Bahia Blanca, y partieron con poca información sobre el operativo: sabían que irían a tomar una casa de gobierno y una sede militar, pero no tenían idea de dónde.

Lo que concretamente debían hacer era tomar el cuartel general de los Royal Marines y la Casa del Gobernador británico en las Islas Malvinas sin matar a un solo enemigo, ya que el gobierno militar argentino buscaba forzar negociaciones con Gran Bretaña, convencido de que la corona no enviaría a su poderosa armada a recuperar el territorio.

El operativo en kayak

Al llegar a una distancia apropiada de las islas, Cequeira y Schweizer fueron los encargados de subir al kayak y remar a través de la rompiente para hacer pie en territorio argentino. Cumplieron el objetivo de asegurar el lugar y poco después, sus compañeros establecían la cabecera de playa con la que, en la mañana siguiente, lograrían la rendición de los británicos e izarían la bandera argentina en Puerto Argentino.

Ese Kayak en 2005 pasó por el Museo Municipal Virginia Choquintel de Río Grande, y Cequeira, emocionado, se reencontró con él. Cuando protagonizó la proeza, tenía apenas 27 años, y estaba casado pero sin hijos.

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